jueves, 3 de marzo de 2011

Bicentenario del natalicio de D.F. Sarmiento

Buenos Aires, 14 de febrero de 2011

Queridos docentes, alumnos, padres y madres:

El martes 15 de febrero, celebramos el bicentenario del nacimiento de Sarmiento. Desde muchos ámbitos, en toda la extensión del país, le rendiremos homenaje pero me interesa señalar que Sarmiento y educación son sinónimos. Porque mientras su historia de político y gobernante pueden discutirse, el educador debe vivir en el respeto de todos.

En este aniversario hay dos aspectos excepcionales de Sarmiento que quiero señalar. Primero, como creador obsesivo de la escuela pública argentina. Como alguien dijo, en este ideal “acumuló la firmeza de su carácter, la integridad de su honradez y la pujanza de su inteligencia”. En segundo lugar, precisamente el tema de la honradez. No concibió gloria ni fortuna sino por los caminos de la rectitud e integridad.

Sin duda que las mejores propuestas pedagógicas y la más moderna tecnología deben incorporarse a nuestras escuelas. Pero enfrentamos un trabajo adicional: simplemente, recuperar la calidad de nuestra educación. En un proceso de deterioro sobre el que hay consenso y que no es responsabilidad de ningún gobierno pasado en particular, el nivel de nuestra educación pública ha ido cayendo. Aquel nivel de calidad –imaginado e inicialmente liderado por Sarmiento- fue durante cien años la más clara ventaja competitiva que tuvimos con respecto a muchos países en vías de desarrollo. Tenemos la obligación –entre todos- de restablecerlo.

En este bicentenario tan especial quiero entonces acercarme con entusiasmo y respeto a toda la comunidad educativa. Maestros, alumnos y familias que sostienen vivo el sueño primero de Sarmiento: solo la educación nos hará libres. Quiero sumarme e invitarlos a festejar y recordar, como un ejemplo, a aquel argentino excepcional que construyó con sus propias manos un mejor destino para todos.

Les mando un fuerte abrazo

Esteban Bullrich

Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.